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viernes, 8 de octubre de 2010

domadora de lupus

Una vez exterminadas las hormigas reclamó las fuentes de Roma. Y asistida desde siempre por las letras tradujo -en idioma de cronopios- los detalles del encuentro.
(La ciudad infinita fue suya)

"...era un aire suave de pausados giros, era la tarde y la hora, era del año la estación florida, era el Verbo (en el principio), era un hombre que se creía un hombre. Qué burrada infinita, madre mía. Y ella salió de la librería (recién ahora me doy cuenta de que era como una metáfora, ella saliendo nada menos que de una librería) y cambiamos dos palabras y nos fuimos a tomar una copa de pelure d'oignon a un café de Sèvres-Babylone (hablando de metáforas, yo delicada porcelana recién desembarcada, HANDLE WITH CARE, y ella Babilonia, raíz de tiempo, cosa anterior, primeval being, terror y delicia de los comienzos, romanticismo de Atala pero con un tigre auténtico esperando detrás del árbol). Y así Sèvres se fue con Babylone a tomar un vaso de pelure d'oignon, nos mirábamos y yo creo que ya empezábamos a deseamos (pero eso fue más tarde, en la rue Réaumur) y sobrevino un diálogo memorable, absolutamente recubierto de malentendidos, de desajustes que se resolvían en vagos silencios, hasta que las manos empezaron a tallar, era dulce acariciarse las manos mirándose y sonriendo, encendíamos los Gauloises el uno en el pucho del otro, nos frotábamos con los ojos, estábamos tan de acuerdo en todo que era una vergüenza, París danzaba afuera esperándonos, apenas habíamos desembarcado, apenas vivíamos, todo estaba ahí sin nombre y sin historia (sobre todo para Babylone, y el pobre Sèvres hacía un enorme esfuerzo, fascinado por esa manera Babylone de mirar lo gótico sin ponerle etiquetas, de andar por las orillas del río sin ver remontar los drakens normandos).
Al despedirnos éramos como dos chicos que se han hecho estrepitosamente amigos en una fiesta de cumpleaños y se siguen mirando mientras los padres los tiran de la mano y los arrastran, y es un dolor dulce y una esperanza, y se sabe que uno se llama Tony y la otra Lulú, y basta para que el corazón sea como una frutilla, y..."

Fragmento de Rayuela, de Julio Cortázar



2 comentarios:

alicE dijo...

"que siempre exista tu cabeza...
que siempre exista tu cabeza
una ciudad soltando pájaros
...como tus ojos
y naves altas y limpias
...
Y tú en medio de todo
juntando lo inconexo"

te amo!

R. R. Fernández dijo...

"que siempre exista tu cabeza a poca altura de la mía"...
Que siempre existan, limpios, nuestros cuores de fresa.
Que siempre exista esa flor bajo la cual duermen cronopios...
Tuya esta Roma.

 
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