El dios TIEMPO repica sus uñas sobre el pulido cristal. ÉL, que borró Imperios con su aliento de tierra, responde impaciente a la movida parsimoniosa del hombre finito.
Abismado lo observa jugar a trascender. Esboza una sonrisa nerviosa y medita: “criaturas incrédulas, erigen tótemes para temblar luego frente a sus creaciones, esquizofrénicos. Desconocen que vivir implica alcanzar lo sublime en el mismo plazo que insume a las estaciones convertir la arena tibia de sus venas en fría piedra.”
R.R. Fernández
2 comentarios:
Sublime, como tú!
Gracias amiga!, como ansío unos vinos contigo. Eso será sublime, y será en breve!.
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